Opinión
La página web para traductores: ¿opción u obligación?
Dejemos algo claro: llevo dos años y medio trabajando como autónoma y hasta ahora, no había sentido la necesidad de tener una página web. O eso creía.
Es cierto que conozco a varios traductores exitosos, incluso
con más de diez años de experiencia, que aún no tienen una página web. También
creo que es más importante cuidar a los clientes que ya tienes, en lugar de
centrarte únicamente en buscar nuevos. Además, una página web conlleva más
gastos y requiere tiempo para escribir textos, seleccionar imágenes y otros
detalles. En resumen, cuando comienzas, tener una web no debería ser una
prioridad.
Sin embargo, después de un tiempo trabajando como autónoma,
muchos clientes empiezan a preguntarte si tienes una página web o un blog que
puedan consultar. Y te cansas de decir que no. Incluso los clientes con los que
llevas tiempo trabajando quieren saber más sobre ti: de dónde vienes, cuál es
tu historia, qué servicios ofreces y en qué otros proyectos estás trabajando.
Personalmente, también me gusta conocer mejor a las personas con las que
colaboro, aunque no las haya conocido en persona. Ver su trayectoria y sus
logros profesionales me inspira y refuerza mi confianza para seguir trabajando
con ellos.
Por eso, quería una página web al terminar mi segundo año
como autónoma. Me informé y descubrí la posibilidad de solicitar el Kit
Digital, una ayuda económica destinada a digitalizar negocios. Gracias a
este apoyo, este primer año mi página web ha sido bastante asequible. Encontré
rápidamente al equipo que se encargaría de diseñarla: el fantástico equipo de
Abanico Networks. Así que ya no tenía excusas. ¡A escribir!
Ahora que la página está lista, mis objetivos principales
son:
- Aumentar la visibilidad de mis servicios y mejorar la imagen de mi negocio.
- Facilitar que los clientes me conozcan mejor y puedan ponerse en contacto conmigo.
- Publicar artículos como este, que puedan ser de utilidad.
Pensándolo bien, hoy en día investigamos casi todo antes de
probarlo, ¿no es cierto? Si visito la página web de una nueva pizzería antes de
probar la pizza, ¿por qué no haría lo mismo un cliente que busca una
traducción?
Así que, para concluir: mi respuesta es que tener una página
web es una obligación, pero no desde el principio. Cuando ya tienes algunos
clientes consolidados, llevas al menos unos meses trabajando por tu cuenta, te
gusta y ves futuro en esto, no lo dudes más. Es un paso más hacia convertirte
en el/la profesional que quieres ser.